CEC 280, 529, 748, 1165, 2466, 2715: Cristo, luz de las naciones
CEC 439, 496, 559, 2616: Jesús es el Hijo de David
CEC 1216: el Bautismo es iluminación
CEC 782, 1243, 2105: los cristianos están llamados a ser la luz del mundo
TEXTO BIBLICO
DOMINGO CUARTO DE CUARESMA
Año "A"
David es ungido rey sobre Israel
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 5b-7. 10-13a
El Señor dijo a Samuel: «¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey.»
Samuel fue, purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Cuando ellos se presentaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Seguro que el Señor tiene ante Él a su ungido.»
Pero el Señor dijo a Samuel: «No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque Yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón.»
Así Jesé hizo pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: «El Señor no ha elegido a ninguno de éstos.»
Entonces Samuel preguntó a Jesé: «¿Están aquí todos los muchachos?»
Él respondió: «Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño.»
Samuel dijo a Jesé: «Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que llegue aquí.»
Jesé lo hizo venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: «Levántate y úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.
Levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Efeso 5, 8-14
Hermanos:
Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia. Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente. Pero cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz.
Por eso se dice:
«Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos,
y Cristo te iluminará».
Palabra de Dios.
VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
«Yo soy la luz del mundo,
el que me sigue tendrá la luz de la Vida», dice el Señor.
EVANGELIO
Fue, se lavó y vio
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 9, 1-41
Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»
«Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios.
Debemos trabajar en las obras de Aquel que me envió,
mientras es de día;
llega la noche,
cuando nadie puede trabajar.
Mientras estoy en el mundo,
soy la luz del mundo.»
Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa «Enviado.»
El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?»
Unos opinaban: «Es el mismo.» «No, respondían otros, es uno que se le parece.»
El decía: «Soy realmente yo.»
Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?»
El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: "Ve a lavarte a Siloé". Yo fui, me lavé y vi.»
Ellos le preguntaron: «¿Dónde está?»
El respondió: «No lo sé.»
El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver.
El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.»
Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?» Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.»
Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?»
Sus padres respondieron: «Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta.»
Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías. Por esta razón dijeron: «Tiene bastante edad, pregúntenle a él.»
Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.»
«Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo.»
Ellos le preguntaron: «¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?»
El les respondió: «Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?»
Ellos lo injuriaron y le dijeron: «¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este.»
El hombre les respondió: «Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad. Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada.»
Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron.
Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?»
El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.»
Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.
Después Jesús agregó:
«He venido a este mundo para un juicio:
Para que vean los que no ven
y queden ciegos los que ven.»
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «¿Acaso también nosotros somos ciegos?»
Jesús les respondió:
«Si ustedes fueran ciegos,
no tendrían pecado,
pero como dicen: "Vemos",
su pecado permanece.»
Palabra del Señor
O bien más breve:
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa «Enviado.»
El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?»
Unos opinaban: «Es el mismo.» «No, respondían otros, es uno que se le parece.»
El decía: «Soy realmente yo.»
El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver.
El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.»
Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?» Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.»
Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron.
Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?»
El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.»
Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.
Palabra del Señor.
http://www.curas.com.ar/Leccionarios/Tiempos/Cuaresma/L4dgocuaresmaA.htm
PERMANECEMOS EN EL TEXTO
¿Una enfermedad es siempre causa de pecado? ¿Por o para qué nacio aquel hombre ciego?
¿Cómo Jesús curo al hombre de su ceguera? ¿Qué hizo? ¿Qué le mando?
¿Cómo reaccionaron a la curación del ciego "los vecinos y los que antes lo habian visto mendigar" y los fariseos?
¿Qué le preguntaron a él y a sus padres?
¿Por qué los padres dijeron a los fariseos que pregunten a su hijo mismo ya que tenia suficiente edad?
¿Por qué se produjo una división entre los fariseos?
¿Qué hicieron finalmente con el hombre curado de la ceguera?
Después de ser echado, ¿qué paso en un nuevo encuentro entre el hombre curado y Jesús?
Describir los pasos que hizo el hombre para pasar de la ceguera a la profesión de fe en Jesús?
CLAVES DE LECTURA
a) Clave de lectura:
El texto del evangelio de este cuarto domingo de cuaresma nos invita a meditar la historia de la curación de un ciego de nacimiento. Es un texto reducido, pero muy vivo. Tenemos aquí un ejemplo concreto de cómo el Cuarto Evangelio revela el sentido profundo escondido en los hechos de la vida de Jesús. La historia de la curación del ciego nos ayuda a abrir los ojos sobre la imagen de Jesús que cada uno lleva consigo. Muchas veces, en nuestra cabeza, hay un Jesús que parece un rey glorioso, ¡distante de la vida del pueblo! En los Evangelios, Jesús aparece como un Siervo de los pobres, amigo de pecadores. La imagen del Mesías-Rey, que tenían en la mente los fariseos les impedía reconocer en Jesús el Mesías-Siervo. Durante la lectura, tratemos de prestar atención a dos cosas: (i) el modo expedito y libre con el que el ciego reacciona ante las provocaciones de las autoridades, y (ii) el modo en el que el mismo, el ciego, abre los ojos con respecto a Jesús.
b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:
Juan 9,1-5: La ceguera ante el mal que existe en el mundo
Juan 9,6-7: El signo del “Enviado de Dios” que provocará diversas reacciones
Juan 9,8-13: La reacción de los vecinos
Juan 9,14-17: La reacción de los fariseos
Juan 9,18-23: La reacción de los padres
Juan 9,24-34: La sentencia final de los fariseos
Juan 9,35-38: La conducta final del ciego de nacimiento
Juan 9,39-41: Una reflexión conclusiva
Fuente: ocarm.org
RECURSO AUDIVISUAL
Jn 9,1-41. En este cuarto domingo de Cuaresma Jesús le devuelve la vista a un ciego. Pero no solo le devuelve la vista, sino también su dignidad. Hoy en día existen muchos tipos de ceguera, por eso tenemos que aprender a mirar de nuevo. Todos estamos ciegos en algún momento y en mayor o en menor medida. Y podemos aferrarnos a la ceguera o creer para recobrar la vista. Porque nuestra labor como discípulos de Jesús es tener los ojos bien abiertos, no hacernos los ciegos cuando vemos una persona que lo está pasando mal o que necesita ayuda. Tenemos la oportunidad de demostrar la luz y el amor de Dios a través de nuestras obras. Jesús nos abre los ojos para que le sigamos por el camino, para que seamos sus discípulos, hijos de la luz. Ahora la pregunta es, si Jesús se nos acercara hoy, ¿le veríamos?
El Equipo Eucaristía y la Editorial Verbo Divino promueven "Quiero ver": una presentación diferente para cada domingo y festividades del año. https://verbodivino.es/Recursos/Video...
Hacemos silencio.... Nos preguntamos... ¿QUÉ ESPERA EL SEÑOR DE NOSOTROS?
Para no volvernos espiritualmente ciegos, ¿cómo aprovechamos esta cuaresma desde el Miércoles de Ceniza ?
¿Para qué tenemos los ojos abiertos?
¿A veces nos sentimos como el ciego de nacimiento? ¿Cuándo y por qué? ¿En qué aspectos somos todavía ciegos?
¿Donde y cuándo tenemos que abrir los ojos?
¿Se escucha a los profetas de hoy?
LO QUE NOS ENSEÑA LA IGLESIA (PAPA, OBISPO Y PARROCO) (PENDIENTE DE ACTUALIZACIÓN)