CEC 543-546: el anuncio del Reino de Dios
CEC 2653-2654, 2660, 2716: escuchar la Palabra acrecienta el Reino de Dios
TEXTO BIBLICO
TIEMPO DURANTE EL AÑO - "B"
DOMINGO UNDÉCIMO
Exaltó al árbol humillado
Lectura de la profecía de Ezequiel 17, 22-24
Así habla el Señor:
Yo tomaré la copa de un gran cedro,
cortaré un brote de la más alta de sus ramas,
y lo plantaré en una montaña muy elevada:
lo plantaré en la montaña más alta de Israel.
Él echará ramas y producirá frutos,
y se convertirá en un magnífico cedro.
Pájaros de todas clases anidarán en él,
habitarán a la sombra de sus ramas.
Y todos los árboles del campo sabrán que Yo, el Señor,
humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado,
hago secar el árbol verde y reverdecer al árbol seco.
Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 91, 2-3. 13-16
R. Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche. R.
El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios. R.
En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad. R.
Sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él,
nuestro único deseo es agradar al Señor
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5, 6-10
Hermanos:
Nosotros nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente.
Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo.
Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.
Palabra de Dios.
ALELUIA
Aleluia.
La semilla es la palabra de Dios,
el sembrador es Cristo;
el que lo encuentra permanece para siempre.
Aleluia.
EVANGELIO
Es la más pequeña de las semillas,
pero llega a ser la mas grandes de todas las hortalizas
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 4, 26-34
Jesús decía a la multitud:
«El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha».
También decía: «¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra».
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.
Palabra del Señor.
PERMANECEMOS EN EL TEXTO
¿Con qué comparó Jesús el Reino de Dios? ¿De qué manera depende del sembrador el crecimiento de la semilla? ¿De dónde viene el crecimiento de las espigas? ¿Qué hace el hombre que echó semillas en la tierra cuando el fruto está a punto?
¿En qué aspectos se parece al Reino de Dios a un grano de mostaza?
¿De qué modo Jesús le anunciaba la Palabra a la gente? ¿Y cómo lo hizo con sus propios discípulos?
CLAVES DE LECTURA
a) Para comprender mejor
Por qué Jesús enseña por medio de parábolas: Jesús cuenta muchas parábolas. ¡Todas tratan de la vida de la gente!
De este modo ayudaba a las personas a descubrir las cosas de Dios en la vida de cada día, vida que se hacía transparente. Ya que lo extraordinario de Dios se esconde en las cosas ordinarias y comunes de la vida de cada día. La gente comprendía las cosas de la vida. En las parábolas recibían la llave para abrir y encontrar en ella los signos de Dios. Por medio de las parábolas Jesús ayudaba a la gente a percibir la presencia misteriosa del Reino en las cosas de la vida.
Una parábola es una comparación. Él usa las cosas conocidas y evidentes de la vida para explicar las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios. Por ejemplo, la gente de Galilea comprendía cuándo se hablaba de semilla, de terreno, de lluvia, de sol, de sal, de flores, de peces, de cosecha, etc. Y Jesús usa estas cosas conocidas de la gente en sus parábolas para explicar el misterio del Reino. La parábola del sembrador es un retrato de la vida de los campesinos. En aquel tiempo no era fácil vivir de la agricultura. Los terrenos estaban llenos de piedras. Muchos arbustos. Poca lluvia, mucho sol. Por otra parte, muchas veces la gente, para acortar las distancias, atravesaban los campos y pisaban las plantas ( Mc 2,23). Pero, a pesar de ello, cada año el agricultor sembraba y plantaba, confiado en la fuerza de la semilla, en la generosidad de la naturaleza.
La parábola no lo da todo hecho sino que mueve a pensar y hace descubrir a partir de la experiencia que los oyentes tienen de la semilla. Mueve a la creatividad y a la participación. No es una doctrina que llega pronto para ser enseñada y adornada. La parábola no da agua embotellada sino que conduce a la fuente. El agricultor que escucha dice: “ La semilla en la tierra y yo ¿qué puedo saber?” Pero Jesús dice que esto tiene que ver con el Reino de Dios: “¿Qué será?” Es posible imaginar las largas conversaciones de la muchedumbre. La parábola se mueve con la gente y la empuja a escuchar la naturaleza y a pensar en la vida.
Fuente: ocarm.org
RECURSO AUDIVISUAL
Mc 4, 26-34. Dios siembra en nosotros la semilla de su amor. A veces no vemos inmediatamente los frutos de este amor, pero con el tiempo, y a menudo sin que nos demos cuenta de cómo, ese amor crece y se manifiesta de maneras sorprendentes y maravillosas. Nuestro papel es, en primer lugar, abrir nuestros corazones para recibir esa semilla y, en segundo lugar, compartir ese amor con los demás. Puede que no siempre veamos los resultados inmediatos de nuestras acciones, pero confiamos en el trabajo silencioso Dios, que hace que ese amor crezca y produzca fruto.
El Equipo Eucaristía y la Editorial Verbo Divino promueven "Quiero ver": una presentación diferente para cada domingo y festividades del año. https://verbodivino.es/Recursos/Video...
Hacemos silencio.... Nos preguntamos... ¿QUÉ ESPERA EL SEÑOR DE NOSOTROS?
¿Sabemos valorar la fe de los demás, aunque parezca debíl y pequeña?
¿Sabemos respetar el ritmo de maduración de los demás? ¿Sabemos acompañar con cariño, paciencia y constancia el crecimiento de los niños, adolescentes, y la maduración de nuestro grupo y de nuestra Comunidad?
¿Confiamos en la presencia de Dios?
LO QUE NOS ENSEÑA LA IGLESIA (PAPA, OBISPO Y PARROCO) (PENDIENTE DE ACTUALIZACIÓN)