CALENDARIO Y REFERENCIAS
CEC 525-526: la Encarnación, un misterio de humildad
CEC 2535-2540: el desorden de las concupiscencias
CEC 2546, 2559, 2631, 2713: la oración nos llama a la humildad y a la pobreza de espíritu
CEC1090, 1137-1139: nuestra participación en la Liturgia celeste CEC 2188: el domingo nos hace partícipes en la asamblea festiva del cielo
TEXTO BIBLICO
TIEMPO DURANTE EL AÑO - "C"
DOMINGO VIGESIMOSEGUNDO
Debes ser humilde para obtener el favor del Señor
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29
Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios.
Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, porque Él poder del Señor es grande y él es glorificado por los humildes.
No hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado raíces en él.
El corazón inteligente medita los proverbios y el sabio desea tener un oído atento.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 67, 4-5a. c. 6-7b. 10-11
R. Señor, Tú eres bueno con los pobres.
Los justos se regocijan,
gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría.
¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre!
Su Nombre es «el Señor». R.
El Señor en su santa Morada
es padre de los huérfanos y defensor de las viudas:
Él instala en un hogar a los solitarios
y hace salir con felicidad a los cautivos. R.
Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:
tu herencia estaba exhausta y Tú la reconfortaste;
allí se estableció tu familia,
y Tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre. R.
Ustedes se han acercado a la montaña de Sión,
a la ciudad del Dios viviente
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 18-19. 22-24
Hermanos:
Ustedes no se han acercado a algo tangible: «fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, tempestad, sonido de trompeta, y un estruendo tal de palabras», que aquéllos que lo escuchaban no quisieron que se les siguiera hablando.
Ustedes, en cambio, se han acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, a la asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel.
Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 11, 29ab
Aleluia.
«Carguen sobre ustedes me yugo y aprendan de mi,
porque soy paciente y humilde de corazón», dice el Señor.
Aleluia.
EVANGELIO
El que se eleva será humillado,
y el que se humilla será elevado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 14, 1. 7-14
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
«Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, acércate más", y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado».
Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!»
Palabra del Señor.
PERMANECEMOS EN EL TEXTO
¿Quién había invitado a Jesús a comer?
Al notar como los invitados buscaban los primeros puestos, ¿Qué parábola les contó Jesús? ¿De qué clase de banquete habló?
¿Dónde uno no se debe sentar? ¿Por qué no?
¿Dónde uno se debe colocar? ¿Por qué?
¿Qué pasará con todo aquél que se ensalza a sí mismo? ¿Y con todo aquél que se humilla?
Cuando uno invita a una comida ¿A quién se debe invitar y a quién no? ¿Por qué?
CLAVES DE LECTURA
Jesús, estando en casa del fariseo que lo había invitado a comer, observa cómo los invitados eligen los primeros puestos. Es una actitud muy común en la vida, no solamente cuando se está a la mesa: cada uno busca el primer puesto en la atención y en la consideración por parte de los demás. Todos, comenzando por nosotros mismos, tenemos experiencia de ello. Pero, debemos tener cuidado, porque las palabras de Jesús, que exhortan a abstenerse de buscar el primer puesto, no son simplemente unas palabras de urbanidad; ellas son una regla de vida. Jesús aclara que es el Señor el que da a cada uno la dignidad y el honor, no somos nosotros a dárnoslo, tal vez presumiendo de nuestros propios méritos. Como hizo en las Bienaventuranzas, Jesús echa por tierra el juicio y el comportamiento de este mundo. El que se reconoce pecador y humilde, será exaltado por Dios, el que, por el contrario, pretende que se le reconozcan sus méritos y busca los primeros puestos, arriesga el autoexcluirse del banquete.
«No te pongas en el primer puesto, no sea que haya invitado a otro más distinguido que tú... y tengas que ir, avergonzado, a sentarte en el último puesto» (Lc 14,8-9). Parece que Jesús juegue con los tentativos infantiles de los invitados que se preocupan por alcanzar la mejor posición; pero, su intención es mucho más seria. Hablando a los jefes de Israel, él muestra cuál es el poder que edifica las relaciones del reino: "El que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado» (Lc 14,11). Les describe “el buen uso del poder", fundado sobre la humildad. Es el mismo poder que Dios libera en la humanidad en la encarnación: "Al servicio de la voluntad del Padre, a fin de que toda la creación vuelva a él, el Verbo “no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz" (Fil 2,6-8). Esta kenosis gloriosa del Hijo de Dios “tiene la capacidad” de curar, reconciliar y liberar a toda la creación. La humildad es la fuerza que edifica el reino y la comunidad de los discípulos, la Iglesia.
Fuente: ocarm.org
RECURSO AUDIVISUAL
HACEMOS SILENCIO.... ¿QUÉ ESPERA EL SEÑOR DE NOSOTROS?
¿Nosotros pensamos que nos corresponde un lugar privilegiado en la comunidad, porque ya participamos y colaboramos desde hace más tiempo que los demás? ¿o por qué nos consideramos más religiosos o cumplidores que otros?
¿Tenemos presente la palabra del Señor: "el que quiera ser el primero que se haga servidor de todos"?
El bien que Cristo nos manda a compartir en primer lugar es la Buena Noticia, el Evangelio. ¿Buscamos compartir el Evangelio en primer lugar con aquellos que son espiritualmente pobres, lisiados, paralíticos y ciegos? ¿Buscamos evangelizar a "los que no responde" (o responden mal), a aquellos de los que no podemos esperar ninguna recompensa?
LO QUE NOS ENSEÑA LA IGLESIA (PAPA, OBISPO Y PARROCO) (PENDIENTE DE ACTUALIZACIÓN)