CEC 852: el Espíritu de Cristo sostiene la misión cristiana
CEC 905: evangelizar con el testimonio de la vida
CEC 1808, 1816: el valiente testimonio de la fe supera el miedo y la muerte
CEC 2471-2474: dar testimonio de la Verdad
CEC 359, 402-411, 615: Adán, el Pecado Original, Cristo el nuevo Adán
TEXTO BIBLICO
TIEMPO DURANTE EL AÑO - "A"
DOMINGO DUODÉCIMO
Libró la vida del indigente
del poder de los malhechores
Lectura del libro del profeta Jeremías 20, 10-13
Dijo el profeta Jeremías:
Oía los rumores de la gente:
«¡Terror por todas partes!
¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!»
Hasta mis amigos más íntimos
acechaban mi caída:
«Tal vez se lo pueda seducir;
prevaleceremos sobre él
y nos tomaremos nuestra venganza».
Pero el Señor está conmigo
como un guerrero temible:
por eso mis perseguidores tropezarán
y no podrán prevalecer;
se avergonzarán de su fracaso,
será una confusión eterna, inolvidable.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo,
que ves las entrañas y el corazón,
¡que yo vea tu venganza sobre ellos!,
porque a ti he encomendado mi causa.
¡Canten al Señor, alaben al Señor,
porque Él libró la vida del indigente
del poder de los malhechores!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 68, 8-10.14.17.33-35
R. Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.
Por ti he soportado afrentas
y la vergüenza cubrió mi rostro;
me convertí en un extraño para mis hermanos,
fui un extranjero para los hijos de mi madre:
porque el celo de tu Casa me devora,
y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian. R.
Pero mi oración sube hasta ti, Señor,
en el momento favorable:
respóndeme, Dios mío, por tu gran amor,
sálvame, por tu fidelidad.
Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor,
por tu gran compasión vuélvete a mí. R.
Que lo vean los humildes y se alegren,
que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres
y no desprecia a sus cautivos.
Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar,
y todos los seres que se mueven en ellos. R.</p>
No hay proporción entre el don y la falta
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 5, 12-15
Hermanos:
Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la Ley, pero cuando no hay Ley, el pecado no se tiene en cuenta. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir.
Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.
Palabra de Dios.
ALELUIA Jn 15, 26b. 27a
Aleluia.
«El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio», dice el Señor.
Aleluia.
EVANGELIO
No teman a los que matan el cuerpo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 26-33
Jesús dijo a sus apóstoles:
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes que está en el cielo. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo los reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.
Palabra del Señor.
PERMANECEMOS EN EL TEXTO
¿Hay que mantener en secreto alguna parte de lo que Dios nos reveló?
¿A quienes no hay que temer? ¿A quién hay que temer?
¿Podemos confiar en la protección de Dios?
¿Qué hará Jesús con aquel que lo reconozca abiertamente ante los hombres? ¿Y con aquel que reniegue de Él?
CLAVES DE LECTURA
Clave de lectura:
¡No temed! Es la palabra clave, que repetida tres veces, confiere unidad al pasaje. Probablemente es una unidad literaria que recoge cuatro dichos aislados. La fe exige como disposición de fondo el no temer. Los argumentos que surgen: proclamación pública del evangelio (vv. 26-27), la disponibilidad para afrontar el martirio sacrificando la vida física para llegar a la vida eterna (v. 28), imágenes de confianza en la providencia (vv. 29-31), la profesión valerosa de la fe en Cristo (vv. 32-33 Es de eficacia notable las contradicciones: velado / desvelado, escondido / conocido, tinieblas / luz, cuerpo / alma, reconocer / renegar...que evidencian las orillas de la vida evangélicamente vivida. Los velos del conocimiento se abren a la luz y sobre los techos del universo la palabra escuchada en el secreto corre. Todo el hombre está presente al corazón de Dios, y si las criaturas de la tierra destilan ternura, cuanto más la vida de una criatura–hijo.
v. 26. No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que está escondido, no está reservado a unos pocos, sino simplemente guardado en espera de ser manifestado. Hay un tiempo para tener escondido y hay un tiempo para manifestar, diría el Qoelet... saber guardar la verdad en el secreto de los días que pasan: esto es lo que forja la credibilidad de la manifestación. No se puede arrojar una semilla al aire, se guarda en el surco del corazón, se deja a sí misma mientras se transforma muriendo, se le sigue atentamente en su germinar a la luz, hasta que la espiga no esté madura y lista para la siega. Cada palabra de Dios pide pasar a través del surco de la propia historia para llevar a su tiempo fruto abundante.
v. 27. Lo que Yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz y lo que oís al oído proclamadlo desde los terrados. Jesús habla en el secreto, nosotros hablamos en la luz. Dios habla, nosotros escuchamos y nos convertimos en su boca para otros. Las tinieblas de la escucha, del poner dentro, de asimilar preceden a la aurora de todo anuncio. Y cuando desde los terrados se oiga la buena noticia los hombres se verán obligados a mirar a lo alto. Un tesoro de gloria contiene cada momento de escucha, es un momento de espera que prepara al nacimiento de la luz.
v. 28. Y no temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma; temed más bien al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la Gehenna. Se puede tener miedo de aquéllos que pueden golpear lo que no es el hombre en su plenitud: quitar la vida terrena no equivale a morir. El único verdaderamente temible es Dios. Pero Dios también después de la muerte conserva la vida del hombre, por esto no hay que temer. Suceda lo que suceda Dios está con el hombre Y esta es una certeza que permite navegar entre las borrascas más devastadoras porque los tesoros del hombre están guardados por Dios, y de la mano de Dios ninguno puede quitar a los elegidos.
v. 29. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ninguno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. Dos pajarillos, un as. Un mínimo valor que sin embargo está en el pensamiento del Padre. Donde la vida palpita, allí está Dios, completamente. Este cuidado profundo encanta y consuela...e invita a poner oído a todo lo que vibra y lleva la imagen santa del Eterno esplendor. Dos pajarillos: dos pequeñísimas criaturas, de vida breve. El valor de las cosas no se viene por su grandeza o potencia, sino por aquello que anima a lo que es “cuerpo”. Por tanto, todo
espacio habitado que acoge la impronta del Creador es lugar de encuentro con Él, testimonio de su atención.
v. 30. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. La preocupación de Dios por sus criaturas llega hasta contar los cabellos de nuestra cabeza ¡Es absurdo el Señor en su manera de amar! Cuando la desolación y el abandono se convierten en las palabras de hoy día, bastará contar cualquier cabello de nuestra cabeza recordar la presencia de Dios en nosotros. La protección del Padre celestial no faltará nunca a los discípulos de Jesús. El Misterio que todo lo abraza no puede desaparecer en aquéllos que han elegido el seguir a su Hijo, dejando la tierra de sus seguridades humanas.
v. 31. No temáis pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. Si Dios derrocha sus preocupaciones por dos pajarillos, cuanto más las tendrá por nosotros. De frente a esta imagen viva de la sensibilidad humana y religiosa de Cristo, desaparece el temor. Dios está a favor del hombre, no contra él. Y si calla, no es porque no se preocupe de nosotros, sino porque sus pensamientos sobre nosotros tienen prospectivas más grandes que traspasan los horizontes de la temporalidad terrena.
v. 32. Todo aquél que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Reconocerse. Cuando en una plaza llena, te encuentras entre rostros desconocidos, experimenta la sensación de extranjero. Pero apenas vislumbra un rostro familiar se te agranda el corazón y te abres camino hasta llegar a él. Este reconocerse permite manifestarte delante de los otros y de exponerte. Cristo entre la gente es el rostro familiar que debe ser reconocido como Maestro y Señor de nuestra vida. ¿Y qué temor se puede tener pensando que Él nos reconocerá delante del Padre en los cielos?
v. 33. Pero a quien me niegue delante de los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en el cielo. ¿Podemos pensar en un Jesús vengativo? No es un discurso de poca monta, sino un discurso que nace de un encuentro existencial. El que Cristo no podrá reconocer como algo propio a quien haya escogido todo menos a Él, es un discurso de fidelidad y de respeto a la libertad humana. Dios respeta la criatura al punto tal de no interferir ni en el espacio de su errar. El evangelio exige pertenencia, no palabras o hechos. ¡El corazón habita en el cielo, cuando Cristo es su aliento de vida.
Fuente: ocarm.org
RECURSO AUDIVISUAL
Mt 10, 26-33. En este evangelio, Jesús habla a sus discípulos, les anima a no tener miedo. Él nos ha elegido como sus discípulos y esto puede asustarnos a veces. A veces podemos sentir que vamos a contracorriente, pero esta misión no es más que poner nuestra pequeña parte de valor al servicio de los demás. Descubrir que la verdadera misión es ser testigos del auténtico amor en nuestra vida ordinaria. El Equipo Eucaristía y la Editorial Verbo Divino promueven "Quiero ver": una presentación diferente para cada domingo y festividades del año. https://verbodivino.es/Recursos/Video...
Hacemos silencio.... Nos preguntamos... ¿QUÉ ESPERA EL SEÑOR DE NOSOTROS?
¿Ocurre que nos callamos cuando otros se burlan de la fe y de la Iglesia? ¿Dejamos de trabajar en la Evangelización porque encontramos dificultades?
¿Ocurre que muchos hombre no van a Misa o no participan en la catequesis y en la oración porque "estas son cosas de mujeres"?
¿Tenemos la valentía de hablar y actuar según nuestras convicciones siempre y en todas partes? ¿O tenemos miedo a la gente?
Lo que hemos descubierto en la fe, ¿cómo lo proclamamos "desde lo alto de las casas"?
LO QUE NOS ENSEÑA LA IGLESIA (PAPA, OBISPO Y PARROCO) (PENDIENTE DE ACTUALIZACIÓN)
#Angelus | Domingo 25 de Junio 2023
"No debemos desperdiciar el mayor bien que tenemos: la vida"
"Vive con Propósito: No desperdicies tu vida en lo trivial. Sé valiente y fiel al Evangelio. Renuncia a los ídolos y dedica tiempo al Señor. No temas ir contracorriente. María, la Virgen Sabia, te acompaña en este camino."